Creo que es completamente menester, que haga mención y hable un poco de mis inicios por aquí, de los primeros días que tanto costaron, y de las expectativas que me está dejando esta preciosa ciudad; que en eso parecemos estar todos de acuerdo.
Bien, y como lo bueno, si breve, dos veces bueno; intentaré contaros mi llegada y adaptación (¿adaptación? still siendo un turista, vamos) de la manera más simpática posible.
23/09. Ya duele recordarlo simplemente por aquellas despedidas de aeropuerto que marcarían mi rumbo estos meses. Sí, llegué a Venecia (TREVISO) - que como sabéis, los de Ryanair son gente honrada y muy sana que les da por poner aeropuertos a 50km de ciudades importantes y llamarlos como tal, pero aún así se merecen todo mi amor por apretarme en esos asientos amarillos tan hermosos; pero esto es otro tema, sigamos - y comenzó la odisea, la tempestad agobiadora, LA ADAPTACIÓN. Un proceso que aún no he logrado cerrar :/
Esos 60 kms tan bellos de distancia.
Y bien, mis compañeras valencianitas y yo pasamos dos noches en un albergue
Días de perderme andando por el centro de esta ciudad, de embobarme cada vez que subo la cabeza para ver sus edificios, su pórticos, sus plazas, sus rincones. Porque, ¿sabíais Padua es, por detrás de Bolonia, la segunda ciudad con más kms andables de pórticos? Es GENIAL.
Fácil mojarse menos, y más en bici.
Días de papeleo, tarjeta ESN para descuentos, ir al SASSA para que se enteren de que estás ya por Italia, primeros paseos por Padua, primera gente conocida. Pero todo muy verde aún.
Dos días después entré a la residencia Nievo, y el primero por cierto, ya que en el hostal antes mencionado tenían la cordialidad de despertarnos y echarnos a las 09:30. Para aprovechar el día, claro que sí!
Y bueno, la residencia es diferente, está bien, las instalaciones son magníficas, tengo mi cuarto individual, peeeeeeeero: se comparte TODO, cocina, baños, salas, teles, enchufes, estropajos, Fairy, neveras, todo. Pero bueno, ya veremos para el segundo semestre, tengo un buen piso franco avistado para mudarme.
Y días también de conocer mucha gente, muchísima, de darme cuenta que mi agenda de contactos es un desastre por tantos nombres nuevos desordenados, fatal. De salir de fiesta, de ir a beber y hablar a Piazza dei Signori, que de verdad os lo digo, es algo que me parece maravilloso. El que se junten 200, 300 personas en una plaza preciosa, todos bebiendo un vino, cerveza, o un spritz, tranquilamente y hablando todos con todos. Fiesta sana y bella.
Valencianos, vascos, canarios, madrileños, catalanes, algún soriano, andaluces, gallegos, un polaco, castellanas, extremeños, una inglesa, muchos italianos, sicilianos...y todos los que me deje porque me canso de escribir. Pero un mix bien cuqui de gente que he podido conocer estos días.
Todo muy óptimo <3
Ni qué decir tiene, días de agobiarme con la universidad, porque sí, amigos. La universidad italiana es la española hace 15 años. Y no, no sé aún qué asignaturas tengo claras hacer ni nada, pero bueno.
Al menos estoy estudiando en una de las 7 univeridades más antiguas del mundo :3
Y días de andar mucho, andar, andar muchísimo, sí. Algo que mis Vans nuevas y mis pies lamentaron en su día.
¿Y por qué? Porque fui de los últimos en encontrar una bici de mi agrado, que ya podéis llamarme coqueto, pero no quería una "muntain baik". Yo quería una bici cuqui, y la encontré :3
Bella bicicleta, que pintaré de verde musgo.
Cinco días tuve que ir al Parco dell´Arenna (o parque de las bicis robadas, vamos) para encontrarla. Como anécdota, un joven algeriano que conocimos Adri y yo en una de estas expediciones que quiso venderme una bici sin frenos, ajá, sin frenos; y el cuál, después de mucho hablar con él, de jurarnos y perjurarnos por Alá que nunca ha robado una bici, y de darnos una bendición rara en musulmán..nos preguntó que qué estudiábamos y por dónde nos movíamos. OJO.
Nunca he mentido tan bien, soy un brillante estudiante de arquitectura.
Y días de probar comida típica, desde el panzerotti típico de Signori por 2e, hasta probar y aficionarme al spritz, y pasando por supuesto por probar una buena calzone, que vaya calzones, joder.
5e, bien, no?
Y días de echar de menos, claro. De contar cuánto tiempo me queda para ir a Polonia a verla.
Y días de pensar que quizás sí, sólo quizás, he podido encontrar mi sitio en esta pequeña y bella ciudad del Véneto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario