1) Que cayó un chaparrón tremendo, según me cuentan.
2) Que el que escribe no andaba cerca, no.
Resulta que el pasado día 12 partí hacia tierras polacas, Wroclaw en concreto, para visitar a la mia fidanzata, ois. Una semana por tierras del este,
Antes de empezar, unos datos:
[ 4 días Wroclaw + 3 en Kraków + comer todos los días en restaurante (cual cerdo) + beber = 88€ ]
¿Cómo? Ni yo mismo lo sé, pero maravilloso, sin duda.
He de decir que me sorprendí a mi mismo. Jamás pensé el día 11 que a la mañana siguiente me iba a despertar a las 4 para ducharme, cerrar maletas y salir de la residencia a las 5. Andar hasta la estación de trenes entre la niebla y solitud de la noche...y coger un tren a las 5:50 hacia Bologna. De la estación de trenes de Bologna otro bus al aeropuerto (Aerobus) y...finito, cogiendo avión a las 8:05 de la mañana a Wroclaw. Un viaje que, la verdad, pensaba sería mucho más largo, ¡una hora y cuarto tan solo!
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These tales of our stay |
Y ya en suelo polaco, tres años después de que le cogiera tanto cariño a ese país y, además, no de mejor forma, ya que Irene ya estaba cerquita. Todo muy cuqui, ya me conocéis.
Y conocí Wroclaw así, una ciudad mucho más grande de lo que me imaginaba la verdad, con una notoria gran reconstrucción tras la gran pesadilla de 1939, con un fuertísimo culto religioso, y grandes avenidas y calles rollo 70´s, muy berlinés. Muy buena impresión.
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Sky Tower de Wroclaw. |
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"Kurna Chata" |
"Pierogarnia" |
Si pasáis por ahí no tenéis que dejar de ir a dos sitios: "Kurna Chata" con su sopa de queso impresionante, y "Pierogarnia" especialistas en pieroguis y empanadas. Tremendos, unos 7 euros por cabeza.
Desde la isla de la Catedral hasta Rynek, pasando por la Universidad, la Biblioteca con su jardín secreto, sus centros comerciales, su barrio de los grafittis.
Nuestro jardín secreto, jiji |
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Isla de la Catedral |
No puedo olvidar mencionar algo que dotará de color nuestro Erasmus. Y esque, por su cumpleaños, le regalé a Irene una Fujifilm Instax Wide 210, lo que siempre había querido. Así que...ya os podéis imaginar, ¡todo los días pensando qué fotos podemos hacer y dejar de hacer! Y la verdad es que los resultados son impresionantes...un regalazo, sin duda. Modestia aparte, ejem ejem.
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Primary colors |
Y no contenta con ser su cumpleaños, ella aún quiso hacerme una sorpresa, que fue regalarme un viaje a Cracovia, la ciudad de la que me enamoré tres años atrás, y que ahora terminaría rematándome de amor. Yo feliz, cómo no.
Además tuvimos la suerte de tener una amiga como es María, quien nos acogió en su casa sin ningún compromiso, y a quién le debemos una ahora mismo. Amor pilarista del cole, claro que sí, sin ella no habría sido lo mismo.
Fuimos a Cracovia en Polski Bus, otra genialidad polaca.
¿A quién alguna vez le han servido desayuno en un viaje de autobús?
¿Y pagando 6 euros por ida y vuelta Wroclaw-Cracovia?
Tela marinera.
Y redescubrí una Cracovia distinta a cómo la conocí con mi padre. María puedes estar tranquila, vas a enseñarle Cracovia a tus padres genial, jajaja.
Esta ciudad es distinta. Muy romántica, preciosa, sana y muy universitaria. Llena de vida. Llena. Es impresionante ver cómo todos los polacos salen de bares por el "Kazimierz" (barrio judío) aunque haga un frío de narices, impresionante sus iglesias al igual que en Wroclaw, sus plazas, también sus comidas-cómo no, Alfonso-. Todo, sencillamente todo, una pena y una suerte, ¡lo tenemos a tiro de piedra con Irene en Wroclaw!
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Rynek Glówny |
¿Qué vimos? Pues todo el Stare Miasto. Rynek, el Wawel, Grodzka y sus calles, Karmelitzka - vais a disculpar mi ortografía polaca, que no estoy muy entrenado - y, por supuesto Kazimierz. Maravilla de barrio. Como si de nuestra Ruzafa de Valencia se tratara, el barrio judío se compone de un ambiente nocturno tremendo, de bares, bares y más bares. Sinagogas y plazas, gente tocando en la calle, cafés para morirse de ternura de lo cuquis que son. Y por supuesto, la plaza de los zapienkaki, que es un panini típico polaco hecho a base de queso y champiñones para ir añadiéndole más ingredientes cual dumpy.
Zapienkaki de mis amores |
Rynek muy bella |
Y bien, pensaréis "Alfonso, ¿has ido a Polonia a ver a tu novia o a comer?", y la respuesta es clara. Pero francamente mi estómago ha agradecido eternamente esta visita, para luego lamentarse, porque comer carne, queso y patata durante una semana...pues trae dolores, claro.
Y con esto quiero decir: CUIDADO. Polonia es un peligro porque se come demasiado bien. Pero no bien de comer verdurita, nonono guapos. Bien de que tienes cualquier tipo de comida rápida/comida pesada al alcance de la mano y a un precio que no te imaginas. Brutal, pero dangerous.
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"Pésese al entrar y al salir". Restaurante Pód Wawel. |
Y aún nos faltó ver Auschwitz, que ya lo vi con mi padre tiempo atrás, y que ya habrán días para verlo, y para volver a perderse por Kazimierz. Para volver a Wroclaw, coger el tram en Grundwaldzki, pasar por Dominikánska y bajar en Rynek. Tener frío. Echar de menos. Siempre habrá un poco más de tiempo.
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Fair Youth |
Y tiempo para seguir creando puentes entre Polonia e Italia.